viernes, 3 de agosto de 2018

Al Cañon río arriba

 Por Chinea Garcia



Todo parecía que la primera acampada sería debajo de los camiones que van a Pinar del Río y cuando ya casi no había esperanza de pronto nuestra virgen del atropello nos manda un camión que, por menos precio, nos llevó al punto de partida a casa de Tomás. Por suerte, después de una cómoda caminata en carretera, la primera acampada se realizó en Chirigota y a las 12 de la noche fue el primer baño en el río. En la mañana, el acostumbrado desayuno colectivo y comienza la caminata complicada por el río en el Cañón de Santa Cruz donde nadie se escapó de resbalones y caídas, algunas simpáticas, otras tontas, otras que asustaron y otras que causaron tristeza principalmente a Lester que en una caída tonta se mojó la cámara y se le empaparon los cigarros lo cual le causó gran tristeza.
La parte más interesante de la aventura fue en Quita Calzones, una zona del río que no se daba pie y había que pasar obligatoriamente nadando. La pregunta era como pasar las mochilas que pesaban una tonelada. Después de una hora de análisis de variantes e ideas llegamos a la construcción de una improvisada y rustica balsa de pedazos de troncos de madera amarados con soga y cordones de zapado aumentando la flotabilidad de la misma con pomos de refrescos vacíos. Las mochilas se ponían arriba una a una cada viaje y así, después de tres horas se pasó todo el equipaje siendo una maniobra casi perfecta, digo casi porque una de mis botas yace en el fondo del río.
Después de un descanso y merendar algo, continuamos hasta casa de Tomás donde nos acogió con su amabilidad y gran hospitalidad.
Esta es una pequeña reseña de la primera parte de esta aventura por el cañón de Santa Cruz donde disfrutamos de una hermosa y exótica naturaleza y del Río Santa Cruz y sus frías y muy refrescantes aguas y cascadas.
PD: La cámara de Lester no sufrió daño alguno.










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